La comedia de Fesser sobre un peculiar equipo de baloncesto supera el millón de espectadores, sin apoyo de una televisión privada, y es la gran sorpresa de la temporada.
—¿Por qué estáis contentos? Somos solo los subcampeones.
—Bueno, ¿qué es mejor, marino o submarino?
En este diálogo habita el espíritu tan gamberro como social de Campeones, la última película de Javier Fesser, que en su tercera semana en cartelera sigue liderando la taquilla española según los datos provisionales proporcionados por ComScore.
La conexión de la comedia de Fesser con el público sorprende por tres razones: primero, porque no es una película surgida de las televisiones privadas, factoría del cine más taquillero en España y auténticas máquinas de promoción; segundo, porque el único nombre conocido del reparto es Javier Gutiérrez, último ganador del Goya -ya tiene dos- y actor de indiscutible calidad, aunque quizá no tan popular, y tercero, por su temática. Gutiérrez encarna a Marco Montes, segundo entrenador de un club de baloncesto de élite que es condenado, tras un accidente de tráfico en el que conducía borracho, a desempeñar trabajos sociales. Y ese trabajo será dirigir a un equipo formado por jugadores con discapacidad intelectual. “Soy optimista por naturaleza, pero desde el principio además tuve fe ciega en la capacidad de los personajes en conectar con el público”, cuenta Fesser.
La familia Torres salía entre carcajadas el pasado lunes del madrileño complejo Cinesa Las Rosas. “Nos la recomendaron unos amigos y, a pesar de las palabrotas, creo que les ha gustado a los niños”. Sus hijos, de 11 y 9 años, sonreían con diablura recordando algún chiste subido de tono. A ellos se la habían aconsejado por redes sociales, donde Campeones se ha convertido en todo un fenómeno: nadie habla mal de ella.
En la mañana de ayer, en otro cine de Madrid, La Vaguada, se repetían las escenas de disfrute entre los espectadores y todos parecían firmar estas palabras de Fesser: “Yo me he enamorado de la inteligencia emocional de los chicos y de su punto de vista disfrutón de la vida. Por eso, vivo de manera especial esta respuesta del público, que no solo habla de si lo ha pasado bien o mal, sino que la recomienda porque durante dos horas han sido felices”.
En lo extracinematográfico entraron la Fundación Estudiantes y la asociación Plena Inclusión, que han colaborado desde el inicio de la preproducción. Los primeros aportaron su experiencia como cantera deportiva con discapacitados intelectuales y ayudaron en el rodaje de la primera parte, en la que Gutiérrez encarna al segundo entrenador de un equipo de la ACB. Desde Plena Inclusión, la organización que representa en España a las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, su director, Enrique Galván, confirma su “asombro” por el resultado económico. “Aun así, creo que la sociedad está ansiosa de productos que hablan de valores colectivos, modelos positivos basados en la comunidad”. Plena Inclusión ayudó en la búsqueda de los diez actores que componen el equipo de baloncesto y Galván subraya que “se desmitifica la discapacidad intelectual como un elemento de tara o menoscabo, que sus protagonistas dejen de ser ciudadanos de segunda porque aportan algo significativo al conjunto”.
El pasado fin de semana, la película recaudó 1.515.000 euros en 347 cines. Como se ha proyectado en 593 pantallas, la media se sitúa en 2.554 euros por sala, una cantidad impresionante para llevar ya 17 días de recorrido comercial. Desde su llegada a los cines, Campeones ha sido vista por 1,1 millones de espectadores y sobrepasa los siete millones de euros en taquilla. Para hacerse una idea de su éxito, ha adelantado a Ready Player One, el último trabajo de Spielberg, y hoy superará en recaudación total a Gorrión rojo, la película de espías de Jennifer Lawrence.
Un lanzamiento sin televisión privada
Campeones nace de un guion de David Marqués, que se inspiró en la historia del Club Deportivo Aderes de Burjassot, en Valencia. Fesser reescribió el guion, “inspirado por las 600 personas con discapacidad con las que he charlado”, y ahondó en la historia de Ramón Torres, capitán del equipo paralímpico al que retiraron la medalla de oro tras los Juegos de Sidney 2000, ya que diez de los doce jugadores del equipo no tenían “la suficiente deficiencia intelectual”. La versión definitiva la cofirman Marqués y Fesser. “Hay una parte fundamental que va más allá de la película y es la propuesta de llevarte ante gente que te va a encantar”, asegura el director. El triunfo de Campeones no ha venido de la mano del lanzamiento de una televisión privada: “Agradezco a TVE que haya apostado por esta película como pocas veces han hecho. Puede que se hayan lanzado porque también querían acabar con otro estigma, el suyo, el de que son un socio excelente pero que no te van a ayudar a colocar tu película en el mercado. Me hace ilusión que Campeones tenga un marchamo de servicio público”.
Por ahí inicia su discurso José Luis Hervias, director general de Universal España,la distribuidora del filme. “Estamos muy orgullosos de estar en esta película. Con ella se han aunado muchos esfuerzos. Incluso con un guion tan potente como el que tenía no hubiera llegado tan lejos si no hubiera estado detrás Fesser. Entre quienes nos han apoyado está el Ministerio de Cultura, que la valoró para todos los públicos a sabiendas del mensaje que transmitía”.
“Para nosotros”, continúa Hervias, “tiene un valor añadido social fundamental, y el ejemplo es que el público aplaude, algo que no suele ocurrir en España”. Por eso, “el teaser [primer anuncio de pocos segundos] fue muy físico, y luego el tráiler en cambio fue muy emocionante”. Universal apostó por cuidar la fecha de estreno para llegar justo después de Semana Santa, “y ser la gran sorpresa posvacacional”. Entre las acciones especiales que han planteado para su lanzamiento están “pases especiales con asociaciones, porque aunque no queríamos posicionarla como educacional sí había una audiencia que sentiría la conexión”. Fesser asegura que ha hecho más prensa que con anteriores trabajos, “porque en este caso hemos ido más allá de lo cinematográfico, he hablado menos de la película y más del proyecto”.
CINE DE AUTOR
Lo más sorprendente de Campeones es que es fiel al espíritu Fesser, muy cercano probablemente al de Jean-Pierre Jeunet por su amor por los rostros llamativos, sus montajes con muchos planos, su ternura, sus réplicas rápidas verbales y su pasión por una creación de universos con muchos cacharros, que en Campeones se ha sustituido por la parafernalia de un polideportivo. Como apunta Hervias, «en España hay muchos buenos directores, pero esta combinación de cine popular y autoría, junto con su capacidad de enganchar con su trabajo a mucho público solo la tiene Javier Fesser». El aludido responde: «Yo no soy lo importante, aunque sí, no sé hacer cine de otra manera. Me gustan esos rostros. Puede que para la publicidad no sean bellos. Sin embargo, ¿quién decide qué es bello o no? ¿Quién decide dónde está la belleza?».