Christian Couyoumdjian tiene 39 años y una malformación congénita que le impide caminar. Pero eso no detiene su alma viajera y es un experto en turismo.
Las experiencias de vida se vuelven aún mas valiosas cuando son un impulso para intentar cambiar el mundo. Christian Couyoumdjian (36) nació con una variante severa de espina bífida, una malformación en la columna por lo cual siempre necesitó de una silla de ruedas para poder movilizarse. Y a partir de su experiencia como viajero frecuente, este vecino de San Isidro se volvió consultor en accesibilidad enfocándose en el turismo para personas con movilidad reducida.
“Viajo desde muy chico, por salud, por trabajo y por deporte. Las dificultades que fui encontrando me despertaron un interés en mejorar las cosas, en ver qué y cómo afectan a otras personas al momento de viajar”, recuerda Couyoumdjian.
Así nació “All The Way Adaptive Travel”, su consultora especialista en turismo inclusivo. “Empezamos hace cinco años. Creamos sistemas funcionales para que tanto las personas con movilidad reducida y discapacidad como sus amigos y familia puedan viajar de manera segura, correcta y confiable, y que sea disfrutable. Recorrí todo el país verificando, entendiendo y auditando qué empresas de servicios trabajan como lo necesitamos”, explica Christian.
Lo que hacen es asesorar a la agencia de viajes sobre las mejores alternativas para cada pasajero en particular. “La agencia se encarga de lo operativo. Nosotros nos aseguramos de que los pasajeros sean llevados a lugares adaptados a sus necesidades, que no se lleven sorpresas negativas”, detalla.
Para lograrlo, es importante la comunicación: “No sólo nos focalizamos en conocer la discapacidad del pasajero, sino cómo se maneja todos los días, cuánto pesa su silla de ruedas en caso de tener una, si es independiente o no, tenemos un diálogo muy en detalle sobre cómo se maneja y qué es lo que quiere hacer”, agrega.
De la mano de su proyecto surgió la campaña “Donde Comemos”, que consiste en reconocer y premiar a restoranes dentro del círculo turístico de Buenos Aires que hayan logrado una buena accesibilidad.
“El proyecto fue declarado de interés municipal por el Concejo Deliberante de San Isidro. Además nos acompaña CIAPAT (Centro Iberoamericano de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas). Empezamos en octubre y vamos a terminar durante los últimos días de diciembre”, explica Couyoumdjian.
Entre lo que evalúan están los accesos de los locales, si las rampas están construidas correctamente, si hay plataformas de acceso manuales o eléctricas, el espacio para circular dentro del local y la funcionalidad de los baños. En San Isidro ya fueron reconocidos Café Martínez, Bestia, Pepino y PF Chang’s, entre otros.
“Lo que falta en San Isidro, por ejemplo, es la conciencia. Sin eso no hay nada. Después se puede ver qué es necesario arreglar”, cierra.
Además, deportista
Christian es, además de consultor en accesibilidad, deportista. Su disciplina es el canotaje polinésico, y también compite en paracanotaje regulado por la Federación Internacional de Canotaje (ICF).
“Con el deporte empecé de muy chico. Antes hacía equitación. Me dedico al canotaje desde 2011. El año que empecé participé de mi primer Sudamericano, en la Isla de Pascua, y traje una medalla de oro y otra de bronce -cuenta-. Ahora soy campeón argentino desde hace 5 años, y campeón sudamericano. También participé de los Juegos Panamericanos de Agua en Río de Janeiro, y conseguí una medalla de bronce para Argentina. El canotaje es muy inclusivo, se puede hacer con cualquier tipo de discapacidad. Y el deporte es un modo de vida, mi ‘trabajo no rentable’”.