Se reglamentó la ley de dislexia, que garantiza el tratamiento y las adaptaciones escolares
La ley 27.306 que garantiza el derecho a la educación de las personas con Dificultades Específicas de Aprendizaje, como la dislexia, fue reglamentada este martes y declarada de interés nacional. La reglamentación, que abarca tanto la cobertura de salud como las adaptaciones curriculares y la formación docente, fue publicada hoy en el Boletín Oficial y garantiza “el abordaje integral e interdisciplinario” de las personas que presentan DEA.
“Estamos felices, ya no habrá más excusas para que se dé la cobertura de salud, porque se introduce la cobertura en el Programa Médico Obligatorio (PMO), y para que en las escuelas se hagan las adaptaciones correspondientes. La ley además dispone la obligatoriedad de la capacitación docente para la detección precoz”, se entusiasma el pediatra Gustavo Abichacra, presidente de Disfam Argentina, que viene peleando por esta ley desde sus inicios.
“Hasta ahora la ley estaba (se sancionó en noviembre de 2016), pero al no estar reglamentada las obras sociales ponían algunas trabas y se tenía que recurrir a algún amparo judicial. Eso ahora se termina”, añade.
«Desde la promulgación de la ley estamos trabajando en la reglamentación. La ley es clara en cuanto a qué debe propiciarse desde la escuela. Por eso ya desde ese momento venimos trabajando en la formación docente», dice a Clarín Cristina Lovari, coordinadora nacional de Educación Inclusiva del Ministerio de Educación de la Nación. Parte de la capacitación -añade la funcionaria- es que los docentes puedan detectar cuando hay alguna señal que puede ser indicio de alguna DEA. «La idea es llegar a la detección temprana, sin suplir o reemplazar al profesional de la salud. Pero un docente que ve ciertas señales puede hablar con la familia para que haga una consulta», completa.
A partir de esta reglamentación, quienes necesiten tratamiento médico (por ejemplo, psicopedagoga, fonoaudióloga, terapia ocupacional) no tendrán limite de sesiones (normalmente las prepagas cubre una determinada cantidad por año). Las personas con dislexia o alguna otra DEA no deberán presentar más certificado de discapacidad -como se exigía en algunas situaciones- para que les den cobertura total de su tratamiento. “Estos chicos no necesitan certificado de discapacidad, tampoco maestra integradora. Simplemente necesitan la formación del docente para que puedan hacerles las adaptaciones que correspondan”, dice Abichacra.
- Dar prioridad a la oralidad, tanto en la enseñanza de contenidos como en las evaluaciones.
- Otorgar mayor cantidad de tiempo para la realización de tareas y/o evaluaciones.
- Asegurar que se han entendido las consignas.
- Evitar las exposiciones innecesarias en cuanto a la realización de lecturas en voz alta frente a sus compañeros.
- Evitar copiados extensos y/o dictados cuando esta actividad incida sobre alumnos con situaciones asociadas a la disgrafía.
- Facilitar el uso de ordenadores, calculadoras y tablas.
- Reconocer la necesidad de ajustar los procesos de evaluación a las singularidades de cada sujeto.
- Asumirse, todo el equipo docente institucional, como promotores de los derechos de niños, niñas, adolescentes y adultos, siendo que las contextualizaciones no implican otorgar ventajas en ellos frente a sus compañeros, sino ponerlos en igualdad de condiciones frente al derecho a la educación.
«Las adecuaciones dentro del aula son clave para que estos alumnos puedan desplegar todas sus capacidades. Para eso es necesario que todos trabajemos en el mismo sentido. En eso, un vínculo de confianza y el trabajo en conjunto entre la familia y la escuela es clave. Una familia ante una DEA debe transmitir el diagnóstico para que se pueda articular el trabajo entre la escuela, maestra y profesionales del ámbito de la salud. Para cada chico hay una estrategia diferente, por lo que, muchas veces se puede probar o modificar, según el resultado que va dando», dice Lovari.
La dislexia es una de las primeras causas de fracaso escolar. Se estima que 1 de cada 10 personas presenta alguna dificultad de este tipo. La dislexia es una condición de origen neurobiológico que afecta el proceso de lectura y escritura. Si bien no tiene cura, se puede compensar. Para ello es fundamental el diagnóstico oportuno y el tratamiento específico. De ahí el rol clave de la escuela, porque es el ámbito en el que esta dificultad queda en evidencia. “Ahora habrá capacitación docente obligatoria. En la educación todavía quedan algunos resabios de cuando se pensaba que la dislexia era emocional. Por eso la formación de los maestros en el tema debe ser directa y explícita”, afirma el médico.
Esta reglamentación también beneficiará a las personas de menores recursos, que no cuentan con prepaga u obra social donde seguir un tratamiento. “Los hospitales van a tener que contar personal suficiente para los tratamientos”, finaliza Abichacra.
«Esta ley ya es un derecho que tienen las familias y los chicos», cierra Lovari.